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ACENTUACIÓN: NO TILDE O PLOMO (I)

ACENTUACIÓN: NO TILDE O PLOMO (I)
enero 20, 2017 Sara Díaz

El ser humano es un animal de costumbres, y el ser humano de habla hispana, aún más. Por eso, desde que la RAE sacó su nueva Ortografía de la lengua española de 2010, muchos han sido los que se han autodefinido como «tradicionales» y se han pasado las nuevas normas por donde la espalda pierde su nombre. Y es que, los cambios —sean o no para mejor— no siempre son bien recibidos. Si no, que se lo digan a todos los latinos que viven en EE .UU.

En cualquier caso, nosotros, desde Licreatura, somos partidarios de adaptarnos a las nuevas normas —sí, a pesar de murciégalo o dotor—, siempre y cuando sean razonables y coherentes. Como ocurre con la no acentuación de solo, este, ese y aquel (incluyendo femeninos y plurales de los tres últimos). La explicación, aquí:

Según la RAE (Ortografía de la lengua española 2010): «La palabra solo, tanto cuando es adverbio y equivale a solamente (Sólo llevaba un par de monedas en el bolsillo) como cuando es adjetivo (No me gusta estar solo), así como los demostrativos este, ese y aquel, con sus femeninos y plurales, funcionen como pronombres (Éste es tonto; Quiero aquélla) o como determinantes (aquellos tipos, la chica esa), no deben llevar tilde según las reglas generales de acentuación, bien por tratarse de palabras llanas terminadas en vocal o en -s, bien, en el caso de aquel, por ser aguda y acabar en consonante distinta de n o .

Este, ese y aquel no suelen dar problemas a la hora de distinguirlos de sus homólogos con tilde, sin embargo, diferenciar solo de sólo puede generar ambigüedad en ciertos contextos como

Me tomé sólo la cerveza (=bebió una cerveza, nada de mezclar con vino o de acompañarla con unas tapas).

Me tomé solo la cerveza (=o no tiene amigos o prefiere beber en solitario a mal acompañado).

Esto lo podemos solventar con facilidad sustituyendo sólo por solamente o únicamente. Si bien es cierto que, frente al aluvión de críticas recibidas, la RAE dio un pasito para atrás y a día de hoy, más que de una norma, habla de recomendación o consejo. Nosotros no os pondremos nunca entre la espada y la pared, pero si nos preguntáis, entre no tilde y plomo, siempre no tilde.

Sara Díaz

Licenciada en Filología Hispánica, correctora de textos por vocación y de formación, colaboro en Licreatura con mis píldoras mataerratas.

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