
En la primera parte de este artículo ya hablamos de la Ortografía de la lengua española de 2010 y sus «nuevas» normas de acentuación. Si creísteis que eso sería todo, es que no conocéis bien a la RAE. El tema de las tildes siempre ha sido un quebradero de cabeza en cuanto a normativa y excepciones se refiere; y nuestros académicos, esta vez, no iban a dejar ningún cabo suelto.
Por eso, solo y los demostrativos (este, ese, aquel) no han sido los únicos «damnificados». Todas las palabras monosilábicas, y en este caso en concreto, que acaban en diptongo o triptongo han dejado de tildarse. Lo vemos más claro en estos ejemplos:
*guión > guion *lió > lio
*truhán > truhan *huí> hui
Aunque sigue habiendo algunas salvedades, como ocurre con la tilde diacrítica (la tilde que se utiliza para distinguir palabras que se escriben igual, pero tienen significados diferentes –te/té, si/sí, aun/aún–).
Otro caso de no acentuación es el de la «o» entre cifras, pues, antiguamente, cuando solo contábamos con máquinas de escribir, era muy fácil confundir la «o» con un cero (0). Sin embargo, hay día el riesgo de confusión es mínimo, así que… Tilde o plomo.
Podremos estar en mayor o en menor acuerdo con estos cambios adoptados por la RAE, pero lo que sí no podemos negar son los intentos de esta por no quedarse nunca atrás. Renovarse o morir que dicen, ¿no?
Sara Díaz
Licenciada en Filología Hispánica, correctora de textos por vocación y de formación, colaboro en Licreatura con mis píldoras mataerratas.